Los pasos importantes hacia Dios

Encontrar a Dios es un proceso de desarrollo que se hace cada vez más cercano e intenso a lo largo de varias etapas.

Nivel 1: Fe | Gracia

La primera etapa que una persona debe dar es una cierta fe básica y la realización de la gracia - la comprensión de que Dios realmente existe.

¿Cómo se puede alcanzar este nivel?

Sencillamente, hablas con Dios, le pides una señal y le invitas a entrar en tu vida.

Si tienes la gracia de no cerrarte demasiado o separarte interiormente, una gran gracia se hace tangible, y te das cuenta de que hay mucho más de lo que puedes imaginar.

Surgen sentimientos que nunca habrías experimentado sin drogas. Sientes que flotas sobre las nubes, que el cielo está lleno de violines... podrías bailar por la vida.

Más fuerte que el enamoramiento humano: una felicidad verdadera y misericordiosa.

Etapa 2: Libertad condicional | Cambio

Instintivamente te sientes más después - porque Dios te hace más empático. Te sientes mejor y empiezas a trabajar en ti mismo. Tomas conciencia de las fuerzas que hay en ti. Todo el mundo tiene el bien y el mal en su interior, eso forma parte del ser humano. En cuanto Dios entra en tu vida, puedes distinguir entre el bien y el mal.

Ahora viene la libertad condicional. Por supuesto, sólo quieres vivir en lo bueno y evitar lo malo. Pero la tarea consiste en desarrollar lo bueno y transformar lo malo.

Esto debe hacerse con precaución. Se pueden liberar fuerzas tan fuertes que algunas personas quieren cambiar toda su vida de golpe. La gente que les rodea suele irritarse, o los cambios son tan extremos que pierden el equilibrio y retroceden del nivel 2 a una vida de incredulidad.

En esta fase, es importante mantener la calma y discutirlo todo con Dios. Hay que comprobar qué espíritu está actuando realmente y sólo esforzarse por hacer cambios buenos y bien pensados. Las ideas deben ser meditadas. Las decisiones importantes sólo deben tomarse cuando estés 100 % seguro de que el espíritu que actúa es realmente el Espíritu Santo.

Hay que aprender a hacerlo. ¿Cuál es la mejor manera de aprenderlo? Comprometiéndote con contenidos que procedan de la fuente de Dios: mucha oración a Jesús -preferiblemente a diario-, lectura diaria de la Biblia (aunque al principio resulte difícil) y permanecer en el Espíritu de Dios tanto como sea posible. También puede ser útil unirse a una iglesia o a un profesional cristiano. De esta manera, puedes alcanzar el siguiente nivel y tu cercanía a Dios se hace cada vez más profunda. Lo que al principio parece una lucha, poco a poco se convierte en paz y plenitud.

Nivel 3: Gratitud

Cuando hayas pasado por los mayores cambios, seas estable en tu forma de pensar y de rezar y te sientas estable por dentro, cultiva la gratitud todos los días. Agradece a Dios o a Jesús por todo, todos los días. Este es uno de los mayores poderes que conozco. Lo primero que dices al despertarte es: "Dios, te doy gracias porque puedo vivir un nuevo día contigo".

La gratitud es un arma. Sospecho que porque desencadena muchas cosas positivas, y eso tiene un efecto muy curativo. Lo contrario -quejarse- empobrece a las personas y las convierte en mendigos interiores si no son conscientes de ello.

Una persona agradecida es una buena persona. Su fuerza interior está en equilibrio. Puede que aún no sea un ángel, pero permanece más fácilmente en el bien. A este nivel, la paz se hace más sostenible, más frecuente y más bella.

Pero la tarea sigue en pie: aprender a manejar nuestros propios sentimientos, sin manipularlos con medios, hábitos o acciones sustitutivas.

La vida significa enfrentarse a ser humano y moldear un alma con Dios que un día pueda entrar en un lugar donde ya no haya dualidad, sino paz perfecta.

Dios necesita nuestras vidas para evaluarnos, y nos ayuda a llegar a Él de la mejor manera posible. Sólo tenemos que permanecer cerca de Él.

Nivel 4: Confianza

El paso más importante, pero lleva tiempo. Quien puede confiar ciegamente en Dios, lo ha conseguido. Esa persona ya no se preocupa, está totalmente a disposición de sus semejantes y se convierte en una luz visible en el mundo. Impresiona con su carisma.

En este nivel, Dios nos da todo lo que necesitamos, siempre que no nos perjudique y no podamos abusar de nuestras debilidades.

Ésas fueron las cuatro etapas, quizá una descripción simple y breve, pero así es exactamente como yo las percibo. Sigo aquí unos días más: quizá descubra más etapas. Pero estas cuatro se han mostrado claramente en mi vida y me esfuerzo por seguir creciendo en el nivel 4.

Gracias por todo, Dios Padre - Hijo y Espíritu Santo. Nuestro Dios trino, creador de este mundo maravillosamente loco.

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