Me llamo Damian Maxson, un seudónimo muy parecido a mi identidad real. Damian, nombre que también utilizo fuera del mundo digital, tiene raíces bíblicas y significa "el poderoso". 

Este significado siempre me ha fascinado; es tan importante como que el nombre en sí es extraordinario y atractivo.

El apellido Maxson sigue una tradición nórdica según la cual el nombre del padre se convierte en el apellido del hijo. Mi padre se llamaba Max y, como su cuarto hijo, pensé que Maxson era una elección adecuada.

Soy el menor de cuatro hermanos y nuestra madre se llama Ana, un nombre que en la tradición bíblica se considera "la madre de las madres".

Me gustaría compartir mis experiencias vitales en estas páginas. Nacido el 19 de febrero de 1973 en los Alpes suizos, toda mi vida he sido un pensador profundo, siempre esforzándome por pensar fuera de la caja y descubrir lo que se esconde entre líneas.

A menudo la vida convencional me resultaba agotadora; me sentía más a gusto cuando me planteaba retos superiores a la media. El afán por comprender todo lo que me rodeaba siempre estuvo en el centro de mi interés. Aún recuerdo bien cómo, de niño, acosaba a los que me rodeaban con preguntas que no siempre caían bien, aunque entonces no podía categorizar las reacciones de los que me rodeaban.

Mi incansable curiosidad y empuje a veces me abrumaban, pero con el tiempo aprendí a apreciar y comprender estas cualidades.

Ahora he llegado a un punto en el que mi búsqueda de conocimiento está ampliamente satisfecha. Estoy abierto a lo nuevo, pero ya no le doy vueltas a cada pregunta sin respuesta. Las experiencias que he recogido aquí trazan una trayectoria vital llena de obstáculos, y los conocimientos que he adquirido quizá puedan ser útiles a otras personas.

Me gusta llamarme filósofo cristiano, ya que este término describe mejor mi continua búsqueda de una comprensión más profunda y mi fe. Bienvenido a mi viaje, donde espero que encuentres inspiración y perspicacia.